Cierto que ya no duele tanto la separación. El tiempo, ciertamente, cura muchos dolores y, para mí borra los malos recuerdos y solo van quedando los buenos. Pero me estoy desviando.
Hoy quiero honrar tus vivencias. Quiero que me cuentes lo que quieras, sentada en la mecedora de madera y cuero, en el corredor de Chirimena. Contar era uno de tus artes. Quiero que me cantes un tango, junto a Carlos y me quede con la sensación indescriptible del disfrute de escucharlos.
Quiero que te vistas con aquel vestido color ¿cereza o borgoña? una de tus glamorosas prendas vintage y que te presentes tan bien arreglada, como tú sabes hacerlo, con tu moño a lo "Grace Kelly" y tus lindos ojos embellecidos ¡Y digas con modestia que eso fue parte de tu trousseau! Y por supuesto serás la más elegante de la noche.
¡Quiero tantas cosas! ¿Será posible conversar una vez más de lo humano y lo divino? Creo que, mientras tanto, no será posible. Pero... ¿Quién sabe? Siempre quedan los sueños para compartir.
No puedo quejarme: dejaste dos soles que han fructificado y nos alegran la vida y nos enseñan muchas cosas, a nosotros los que hoy somos mayores,
Lo más seguro es que te parezcas como la mariposa blanca que eres. Te posarás por aquí y por allá,volando serena y permaneciendo tranquila algunas horas. Y yo me sentire acompañada y te hablaré en silencio. Porque siempre podemos encontrarnos. Un abrazo, hoy hay fiesta en el cielo. M
